Dahmer (2022) review: it's just morbidity... Or real value?
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All the pictures in this post were taken by me from the official trailer on YouTube
**These last few days I have been dedicated to watch the new Jeffrey Dahmer series on Netflix, at this point it is likely that all of you have already seen it, or at least you will manage to read something about it on some part of the internet.
Honestly, I'm surprised by the amount of buzz it generated on social media (Hive included), especially considering the state of decline and general disinterest that Netflix's catalog seems to have reached lately.**
From the beginning I had several mixed feelings and although some have managed to define themselves a little more with the passing of the episodes, others continue to confuse me despite the fact that I reached the end of the series.
Before its premiere I was already slightly familiar with the story of Dahmer, and that is that this terrifying man (Like many other serial killers like Ted Bundy) has never exactly gone unnoticed by modern popular culture, considering his hilarious representation in the animated sitcom South Park, as well as his recurring mention in dozens of various crime podcasts and documentaries.
It's a touchy subject, don't you think? Take the story of a monster that ended the lives of so many people to build a dramatization about it in order to entertain, regardless of what other morally correct goals the series achieves in its path.
However, one thing does not take away from the other, and regardless of whether we find the Dahmer series as a thematically empty product or not, we cannot deny that it is one of the most interesting studies that have been done on this type of subject.
Reloaded on the excellent performance of Evan Peters (whom many will recognize from the anthology of American Horror Story, a series that shares the production/creative hand of Ryan Murphy with this one), throughout 10 chapters we are presented with the life of Jeffrey Dahmer from chronologically disorganized way, a creative decision that can be quite critical at first, but that in the end makes more or less sense if we understand that each episode seeks a purpose relatively isolated from the others, although they complement each other.
The first episode, for example, is responsible for representing Dahmer's capture in 1991, in the town of Milwaukee, after one of his potential victims managed to escape from his apartment and alerted the police to everything that happened... Successive episodes deal with various events at different points in his life such as his relationship with alcohol, the effect his strange childhood ended up having on his adulthood, his first victims, the first time he was in prison, the way his neighbors saw each other. indirectly affected and their failed attempts to stop the urges to commit more atrocities over the years.
Although Dahmer and his motivations have always been a mystery, Evans manages to perfectly capture various aspects of his personality, a fairly dense task that probably required a lot of research and a terrifying process of internalization, Dahmer is a fascinating and messy subject, who many times he appears to be socially capable, but at the same time feels totally disconnected from any kind of humanity.
As a result, this miniseries keeps us in a state of absolute discomfort, not only because of the horrible nature of the acts that will inevitably be committed by its protagonist, but also because of the way in which each of these events connects.
It's easy to get angry with her, moments of morbidity and violence are abundant and they are rarely hidden from us as viewers... But... If this is the story they want to tell, wouldn't it be hypocritical to try to sugarcoat reality?
Dahmer's purposes can be summarized in two, first: Narrate with the greatest possible amount of neutrality the actions of this serial killer, and second: directly criticize the American police system (and by extension the entire American society), considering that despite the large number of red flags, they did not manage to catch this criminal until his actions were ridiculously obvious.
Of course, many of the events are adapted and modified to enhance their dramatic effects, there are real-life characters who blended in with others, events that never happened, and connections that are probably not as well-founded as they seem... however, the essence of this story coexists almost perfectly with the painful reality.
Dahmer is a brilliant series that could clash with our sensibilities, it is confusing from a moral point of view and it is understandable that many people prefer not to connect with it, personally, I have suffered every minute as if it were some kind of torture, although I do not deny that I felt trapped by the brilliant performance of Peters, the great level of production that Netflix showed here, and my illogical but innocent desire that everything would eventually come to a happy ending.
Todas las imágenes incluidas en este post fueron tomadas directamente desde el tráiler oficial por mi
Estos últimos días he estado dedicado a ver la serie de Dahmer en Netflix, en este punto es probable que todos ustedes ya la hayan visto, o almenos lograrán leer algo sobre ella. Honestamente, me sorprende la gran cantidad de revuelo que ha generado en redes sociales (Hive incluída), especialmente si consideramos el estado de decaimiento y desinterés general que parece haber alcanzado el catálogo de Netflix últimamente.
Desde el inicio tenía varios sentimientos encontrados y aunque algunos han logrado definirse un poco más con el pasar de los episodios, otros siguen confundiendome a pesar de que llegué al final.
Antes de su estreno ya me encontraba ligeramente familiarizado con la historia de Dahmer, y es que este terrorífico hombre (Al igual que muchos otros asesinos seriales cómo Ted Bundy) nunca ha pasado exactamente desapercibido por la cultura popular moderna, considerando su hilarante representación en la comedia animada South Park, así como su mención recurrente en decenas de podcast y documentales sobre crímenes varios.
¿Es un tema delicado, no lo creen? Tomar la historia de un monstruo que terminó con la vida de tantas personas para construir una dramatización sobre ella con la finalidad de entretener, independientemente de qué otros objetivos moralmente correctos consiga la obra en su camino.
No obstante, una cosa no quita la otra, y más allá de que encontremos la serie Dahmer como un producto temáticamente vacío o no, no podemos negar que es uno de los estudios más interesantes que se han hecho sobre este tipo de asuntos.
Recargada en el excelentísimo performance de Evan Peters (A quien muchos reconocerán por la antología de American Horror Story, una serie que comparte la producción/mano creativa de Ryan Murphy), a los largo de 10 capítulos se nos presenta la vida de Jeffrey Dahmer de forma desorganizada cronológicamente, una decisión creativa que puede ser bastante criticable en un principio, pero que al final cobra más o menos sentido si entendemos que cada episodio busca un propósito relativamente aislado de los demás, aunque se complementen entre si.
El primer episodio, por ejemplo, se encarga de representar la captura de Dahmer en 1991, en el pueblo de Milwaukee, luego de que una de sus potenciales víctimas lograra escapar de su apartamento y alertara a la policía de todo lo sucedido... los episodios sucesivos abordan varios eventos en distintos puntos de su vida como su relación con el alcohol, el efecto que terminó teniendo su extraña infancia en su adultez, sus primeras víctimas, la primera vez que estuvo en prisión, la forma en que sus vecinos se vieron afectados indirectamente y sus intentos fallidos para detener los impulsos de cometer más atrocidades a lo largo de los años.
Aunque Dahmer y sus motivaciones siempre han sido un misterio, Evans logra capturar a la perfección varios aspectos de su personalidad, una tarea bastante densa que probablemente requirió muchísima investigación y un proceso de internalización terrorífico, Dahmer es un sujeto fascinante y desprolijo, que muchas veces aparenta ser socialmente capaz, pero que al mismo tiempo se siente totalmente desconectado de cualquier tipo de humanidad.
Cómo resultado, está miniserie nos mantiene en un estado de incomodidad absoluta, no solo por la naturaleza tan horrible de los actos que serán cometidos de forma inevitable por su protagonista, sino también por la forma en la que cada uno de estos eventos va conectándose.
Es fácil enojarse con ella, los momentos de morbo y violencia son abundantes y rara vez se nos ocultan a nosotros como espectadores... Pero... ¿Si está es la historia que quieren contar, no sería hipócrita tratar de endulzar la realidad?
Los propósitos de Dahmer pueden sintetizarse en dos, primero: Narrar con la mayor cantidad de neutralidad posible las acciones de este asesino en serie, y segundo: criticar de manera directa al sistema policial norteamericano (Y por extensión a toda la sociedad estadounidense), considerando que a pesar de la gran cantidad de red flags, no lograron atrapar a este criminal sino hasta que sus actos eran ridículamente obvios.
Por supuesto, varios de los eventos son adaptados y modificados para reforzar sus efectos dramáticos, existen personajes de la vida real que se mezclaron con otros, eventos que nunca ocurrieron y conexiones que probablemente no están tan bien fundadas cómo pareciera... no obstante, la esencia de esta historia coexiste casi a la perfección con la dolorosa realidad.
Dahmer es una serie brillante que podría chocar con nuestras sensibilidades, es confusa desde el punto de vista moral y es entendible que mucha gente prefiera no conectar con ella, yo personalmente, he sufrido cada minuto como si fuese una especie de tortura, aunque no niego que me sentía atrapado por el brillante performance de Peters, el estupendo nivel de producción que Netflix mostró aquí, y mis ilogicas pero inocentes ansias de que todo eventualmente tuviese un final feliz.
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