Peluquería

Una vez más mi tema favorito es contarles a través del recuerdo de una foto alguna anécdota de una de mis hijas; hoy es sobre un día en la peluquería con Victoria porque si desde la primera vez que fue le encanto y tuvo como un hechizo que tenemos como mujer el hecho de encantarle estar arreglada de pies a cabeza. El cabello, arreglarse, combinarse la ropa, maquillaje, pintarse las uñas y sobre todo disfrutar de esa sensación de relajación y felicidad que significa estar sentada en una silla frente a un espejo mientras una peluquera te lo corta, peina o arregla el cabello de alguna manera.

Así, desde pequeñas ellas andaban siempre lindas, les gustaba ponerse accesorios como zarcillo, pulseras y collares; además de peinarse, colocarse lazos o cintillos en su cabello. En fin, cuando tocaba ir a la peluquería porque necesitaban un corte las llevaba, porque bueno eso si no lo hacía yo, cortarles el cabello; lo cierto es que se ponían feliz porque les encantaba y como nos tocó ser padres en esta época de teléfonos y fotos, esa oportunidad tampoco se perdía y por eso al detallar la foto de ese día se nota en el espejo a su papá tomándole una, fotografía.

Las peluquerías y personas que le cortan cabello a los niños son muy lindas y adaptadas a ellos, con áreas con juguetes; se llenan de mucha paciencia y saben como tratarlos porque algunos son inquietos y otros lloran, se mueven y ellas lo controlan todo. Mis niñas nunca lloraron, lo disfrutaron y ahora les sigue encantando, claro ya no van a esas infantiles sino para grandes.

Allí les comparto esa foto, aparece mi pequeña Victoria en la peluquería.